sábado, 9 de febrero de 2008

Skandalon

Los escándalos existen desde el principio de los tiempos basta con leer del Génesis el relato de Adán y Eva cuando fueron expulsados del paraíso a vista y paciencia de los leones, ovejas y caballos: ¡que horror!, ¡que escándalo!, nadie se imaginaría que nuestros padres ancestrales irían en contra de lo preestablecido por Dios lo que dio como resultado aquello que todos conocemos. De ahí en adelante los tropiezos de muchos han sido el deleite de otros que dicen tener una moral alta y precisa que les permite ver a las algarabías y abusos en titulares de ficción y literatura aislando casi por completo las acciones humanas como corrupción y engaños, por decir ejemplos.
Escándalo viene de la palabra griega Skandalon que significa trampa e indica cualquier cosa que sirve de tropiezo, por ello esta estrechamente vinculada a la política. Quien decide trabajar en este oficio enfrenta al traspié como un gran adversario que se vale del accionar público o la conducta privada del individuo para fortalecerse, incluye además falsas acusaciones y campañas calumniosas como la que sufrió Cynthia Viteri, candidata a la presidencia de la república por el Partido Social Cristiano, quien presuntamente estaba desinformada de las actividades ilícitas de Teresa Gavilanes, su sucesora en el parlamento, este hecho hizo restarle credibilidad a su campaña política. Jaque.
Cada historia deshonesta que se hace pública generan mutaciones en todas las áreas vinculadas a la sociedad ya sean tecnológicas, financieras o comunicacionales lo que implica de alguna forma una evolución del ser humano. El Skandalon induce a una búsqueda de la verdad escudriñando algunos temas ocultos como el abuso de poderes, malversación y sexo también genera prejuicios que van de a poco deteriorando la confianza básica para vivir en sociedad.
A más de la política, la religión también es un tema escabroso del cual muchos prefieren mantenerse al margen sin embargo, a lo largo de la historia, la Iglesia Católica siempre ha dado de qué hablar ya sea por sus debilidades humanas o sus opiniones acerca de la sexualidad y el aborto. Frente al inminente estreno de la película El Código Da Vinci la comunidad católica se siente amenazada pues varios acontecimientos de la historia bíblica serán mostrados desde una perspectiva escandalosamente disímil, por ejemplo exhiben a un Jesús casado con María Magdalena y le imputan hasta un hijo. Por estas razones el escándalo tiende a afectar no solo a los directamente involucrados sino también a las instituciones que representan.
Cuando un hecho es catalogado como indecoroso los acusadores ven al afectado como a un ser lejano sacado de una película de ciencia ficción cuando en realidad es una persona común y corriente, quienes deterioran no admiten que su verdadero temor es no poder determinar hasta dónde puede llegar la conducta humana, sus escrúpulos, su moral, su vida, se subestima la labor carroñera de los desenfrenos pues causan, a decir del diccionario de la Real Academia, “ruina espiritual del prójimo”.
Nada bueno traen los escándalos, destapan, muestran, señalan pero no humanizan. Aquí no se trata de dar una lección de moral, son reflexiones acerca de lo que nos rodea, un jalón de orejas para estar despiertos frente a lo que se muestra como bueno y malo. La persuasión es un elemento crucial, de ella dependió la serpiente para tentar a Eva y esta la usó como recurso para hacer pecar a Adán, una cadena sin fin que en algún momento deberá romperse cuando la humanidad le diga al abuso: Jaque Mate.

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