domingo, 24 de febrero de 2008

Y yo no me quiero reír

La campaña “Sonríe Ecuador” que ha fomentado la vicepresidencia de la república deja un sabor amargo.
La iniciativa es buena pero la propuesta es hueca. Si se quiere fomentar la felicidad entre los ciudadanos esta no surgirá porque se le ponga un payaso en frente para hacerlos reír un rato (si es que lo logran).
Yo propondría un proyecto más ambicioso. Se podría organizar, por ejemplo, a los miembros de los colegios de sicólogos para ofrecer gratuitamente en los centros de salud e instituciones de educación terapias familiares, terapias de parejas e individuales para promover la salud mental esto sí encaminaría al ciudadano hacia la felicidad duradera y no transitoria como sugiere el mandatario.
Y por último en estas instancias hay que tomar prioridades y una campaña de este tipo en las circunstancias en las que esta el país es un despilfarro. Que manden pues a Yaguachi o a Babahoyo los dichosos payasos a ver como les va, pobres no tienen la culpa de nada, o si?

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